Es en 2003 cuando la comisión especial de la Cámara de los Diputados consolidó en esos dos pilares todos los proyectos que tramitaban sobre esa materia. La propuesta del financiamiento público exclusivo presentó el propósito explícito de mejorar los controles institucionales sobre los flujos de capital. Para habilitar su implantación, fue propuesta la institución de las listas preordenadas, evitándose así la disolución de los recursos en diversas campañas individuales, además de facilitar la fiscalización.
Derrotada en 2007 y abortada en 2009, la propuesta resurgió en 2011 cuando una comisión del Senado Federal votó en su mayoría por la institución del financiamiento público y de las listas preordenadas. A pesar de todo, en 2011 una comisión de la Cámara de Diputados encaminó proposición distinta con financiamiento público complementado por donaciones “a ciegas” a un fondo y un sistema electoral vectorialmente opuesto a las listas preordenadas, intentando combinar la competición entre las listas partidarias abiertas con una competición individual entre candidatos.
¿Cómo conciliar el hecho de que el Poder Legislativo brasileño vuelva siempre a la misma propuesta con el precedente de haber sido reiteradamente rechazada en el plenario desde 2007? ¿Si la propuesta es inviable, por qué siempre se vuelve a ella? ¿Si es suficientemente fuerte para ser reiteradamente resucitada, por qué nunca prospera?
Así, el trabajo pretende a partir de una narrativa de las tentativas recientes de reforma del sistema electoral brasileño, complementada por los datos preliminares de pesquisa comparativa sobre sistemas de financiamiento de campañas en sus relaciones con el sistema electoral, propiciar parámetros productivos para el debate.