Este fenómeno parece concomitante con determinados cambios culturales de época -que enfocaremos-, naturalizados más fácilmente por los jóvenes, más permeables a la novedad por el carácter corto de su memoria social y por ser nativos del presente.
Nuestra hipótesis es que, a partir de los ejemplos de vidas que mediatiza, el reality se convierte en una posible fuente de aprendizajes éticos para las audiencias, sobre todo en una época de fuerte cambio cultural orientado a configurar "sociedades del riesgo" (Beck).
No obstante las mencionadas transformaciones comunes al conjunto social, el segmento adolescente reproduce en su interior las diferencias socioculturales que atraviesan a la sociedad. Junto a esto, el género también construye diferencias. En ese marco y en línea con la tradición compuesta por los estudios culturales sajones y los estudios de recepción latinoamericanos, se pondrá a prueba la hipótesis analizando la recepción de la cuarta edición del Gran Hermano argentino, por parte de adolescentes mujeres y varones de distintos sectores sociales. Las diferentes lecturas obtenidas sobre Gran Hermano serán explicadas vinculándolas con distintos aspectos de las culturas juveniles, como la sexualidad, la afectividad, la moratoria vital y social. Se destacarán especialmente aquellas lecturas que, en linea con lo hipotetizado, toman a Gran Hermano como un tipo de documento de la realidad capaz de proveer material para combatir la inseguridad ontológica contemporánea.