Globalización y patrimonio cultural

¿Cómo defender el patrimonio cultural ante las nuevas tendencias políticas, sociales, culturales y económicas de México y el Mundo? ¿Qué nuevo sentido debe adquirir la protección del patrimonio bajo estas nuevas circunstancias? El Estado Nación está en crisis; todo aquello que lo llenaba de sentido, se desmorona y fragmenta, y el deslave del Estado Nación se lleva en su torrente a todas las concepciones que surgieron en su seno, incluido el concepto tradicional de patrimonio cultural y las políticas tradicionales para su protección. Desde finales del siglo pasado se ha implantado, en México y el Mundo, un nuevo sistema económico y político: el capitalismo neoliberal. Con él llegó, -como pieza fundamental del engranaje-, la globalización, la cual busca -a través de la educación, las modas, la informática, entre otros-, borrar y desvanecer las diferencias culturales, minimizarlas, desaparecerlas para generar un cúmulo de individuos idénticos en gustos y tendencias. En contra de lo esperado, las comunidades actuales han combatido los embates de la globalización resistiendo y tratando de arraigar las singularidades culturales que los diferencian y distinguen de otras; lidian por reivindicar su existencia y su derecho a la diferencia. El refugio actual se construye en la particularidad; en la generación y defensa de lo que denominamos pequeños legados culturales. Por lo tanto, los sectores sociales actuales –tanto los ya existentes como los que surgen constantemente- crean nuevos conjuntos de símbolos e imágenes que los llenan de sentido y los identifican en la diferencia. Es, precisamente en este ámbito -donde florecen las identidades particulares en resistencia- que tenemos que replantearnos los objetivos de nuestras investigaciones y las propuestas de protección hacia un mundo donde miremos el patrimonio cultural como un recurso que permita la reproducción de las diferencias entre las comunidades culturales y asegure su existencia y sobrevivencia.