En este sentido, la participación de los distintos actores sociales (ya no solo del tripartidismo clásico) en la discusión y formulación de políticas públicas de empleo, fue visualizada como una fuente de legitimidad de las políticas o propuestas que pudieran surgir del proceso de diálogo. A partir de esto, podemos decir que están apareciendo nuevas formas de gobernabilidad y de formulación de políticas públicas, pero además podría interpretarse como un proceso de re-significación de la democracia participativa, donde la consulta pública parece convertirse en un aspecto central para la construcción de políticas y de ciudadanía. Se convoca y requiere la participación de los actores colectivos involucrados en la temática del empleo para lograr una mayor legitimidad de las futuras (así como pasadas) decisiones en torno a la misma, así como para captar “ideas fuerza” convertibles en políticas y programas específicos.
En este marco, cabe preguntarse si estas “nuevas formas de gobierno” se constituyen como tales o funcionan meramente como mecanismos de legitimación de políticas ya diseñadas e implementadas y/o pensadas para el futuro en otros ámbitos.