Uruguay es un país fuertemente marcado por los procesos migratorios desde su mismo nacimiento como estado independiente hasta la actualidad. En un principio predominaron los movimientos inmigratorios. No obstante, y a partir de 1963 en adelante, se invierte el saldo migratorio positivo produciéndose una mayor salida de emigrantes que entrada de inmigrantes. Centrándonos en los procesos inmigratorios vale decir que a estas orillas del Plata llegaron y continúan llegando –aunque actualmente en menor proporción- inmigrantes de variadas procedencias.
Bien pronto, la cuestión de la integración de los diversos contingentes arribados a nuestro país, se tornó en tema de interés no sólo para los intelectuales y políticos sino también para diferentes actores sociales involucrados en la “problemática”, tanto del pasado como del presente. En un primer momento se pensó que, a través del llamado modelo del melting pot o “crisol de razas”, los recién llegados se integrarían totalmente en nuestra sociedad. No obstante la realidad fue muy distinta, porque en la práctica el modelo de integración que se fue gestando en nuestro país fue otro, el multiculturalismo, al cual podríamos clasificar de “atenuado”. En el presente trabajo se presentarán los resultados preliminares obtenidos por la línea de investigación “Migraciones de Ida y Vuelta” de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica del Uruguay, los cuales nos permiten realizar precisamente la afirmación anterior de que la sociedad uruguaya actual y del pasado se caracteriza por ser multicultural, eso sí, de forma atenuada y agregaríamos en un contexto transcultural sin el cual no se podría entender, justamente esta peculiaridad del proceso de integración de inmigrantes del Uruguay de hoy y de ayer.