Wednesday, August 1, 2012: 3:30 PM
Faculty of Economics, TBA
Oral Presentation
Carmen MIDAGLIA
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Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo, Uruguay
Marcelo CASTILLO
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Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo, Uruguay
Florencia ANTÍA
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Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo, Uruguay
Guillermo FUENTES
,
Ciencia Política, Instituto de Ciencia Política, Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo, Uruguay
Las reformas en materia social llevadas adelante en América Latina durante las últimas décadas del Siglo pasado, tendieron a configurar o fortalecer esquemas duales de provisión, incluso en aquellos Estados con matrices de protección más extendidas como Uruguay. Estos esquemas consistieron básicamente en un subsistema destinado a la población pobre o vulnerable (de carácter público) y otro subsistema diferenciado en calidad respecto al primero, estructurado en torno a una combinación de Estado, mercado y en algunos casos con organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro. Las tradicionales estrategias de distribución de bienes para aquellos grupos que se caracterizaban por su informalidad laboral se sustituyeron por parámetros tecnocráticos en nombre de una mejor eficiencia del gasto.
La llegada al gobierno de diferentes partidos de orientación ideológica “progresista” o de izquierda en la región, abrió la posibilidad para intentar revertir estos patrones de provisión social, en muchos casos a partir de iniciativas que se calificaron en términos de Universalismo Básico.
En esta presentación, se intentará mostrar a partir del análisis de la experiencia del Frente Amplio en Uruguay que estas iniciativas no han logrado romper con la tendencia a la dualización observada, e incluso en algunas áreas públicas se han reforzado, desamparando a los estratos medios-bajos que se han ubicado como los potenciales “perdedores” desde los ochenta hasta el presente. Como contrapartida, partiendo del escenario contemporáneo de nuevo riesgos sociales y fragmentación y diversificación de demandas sociales, se sugiere la necesidad de pasar de un enfoque de mínimos o topes homogéneos, a un abordaje basado en “rutas de atención” diferenciadas en las que se garantice que el interior de cada una de ellas oficie como espacio de integración y cohesión social.