Wednesday, August 1, 2012: 12:55 PM
Faculty of Economics, TBA
Distributed Paper
El grito “que se vayan todos” que emerge en la Argentina al despertar el siglo XXI y que recorre buena parte de América Latina, se escucha fuertemente en Chile una década después. Si bien, el descredito por la práctica política era ya una constante de hace años, las movilizaciones sociales del 2011 terminan de correr el velo. Nunca como ahora los niveles de credibilidad y rechazo al sistema de representación y a los conglomerados políticos estuvieron tan bajos. El conjunto de expresiones colectivas que han tenido lugar en la sociedad chilena en el último año, marcan un fuerte desprestigio y pérdida de confianza en las instituciones representativas y en específico en el papel de los partidos políticos como instancias aglutinadoras de interés y transmisoras de demandas. Paralelamente, se consolida la reinstalación en la esfera pública de actores colectivos históricos como los estudiantes y los pobladores, además de otros nuevos como el movimiento ecologista, todos síntomas de un modelo de relacionamiento social que se encuentra agotado.
En ese esquema, el propósito del trabajo descansa en explorar los factores que están en la base de la polémica que se introduce en el pacto de la gobernabilidad transicional con la instalación de nuevos actores políticos, que desconocen la legitimidad del sistema de representación y desconfían de los partidos. La interrogante que guía las reflexiones, se pregunta ¿Asistimos a un proceso cuyo horizonte es la transformación del sistema democrático? o más bien, ¿Las movilizaciones sociales corresponden solamente, a un malestar generalizado que demanda una nueva fase distributiva?