A partir de los casos de Madrid y Buenos Aires analizaremos el rol del Planeamiento Estratégico como reflejo de unas políticas urbanas de nuevo corte, que debido a nuevos modelos de gobernanza han hecho también variar el enfoque de las actuaciones sobre las áreas centrales: desde postulados que defendían la conservación con más o menos carácter historicista a los largo de los años ochenta, a la preservación de los mismos como áreas visitables o temáticas; y por último, la consideración de los mismos como áreas vivas que puedan ser al tiempo exponente de la identidad o esencia de una ciudad acompañándose de políticas de adecuación y cambio de imagen.
Por último plantearemos una revisión crítica de la generación de Marca como instrumento y modelo de construcción de la ciudad en relación parámetros de sostenibilidad social urbana en dos aspectos que se ven atravesados en buena medida por la crisis sistémica: las dinámicas del mercado inmobiliario y acumulación del capital frente a la enorme riqueza y diversidad de expresiones culturales y nichos de cooperación social que subyacen en las grandes ciudades.