La política represiva de la última dictadura militar argentina produjo efectos poco visibles pero muy profundos en las estructuras sociales del espacio de producción y circulación de artes visuales. La recuperación democrática, del mismo modo, significó el inicio de un proceso de transformaciones al mismo tiempo sociales y estéticas, derivadas del ingreso de artistas con trayectorias sociales diversas a las que hasta el momento marcaban el tipo social legítimo de los artistas.
En el trabajo queremos describir aspectos del proceso de democratización de la sociedad argentina, que tienen su origen en la apertura del campo cultural en este período, que permitió el ingreso de nuevos tipos sociales de artistas. Como todo proceso de movilidad social, éste produjo tensiones y nuevas divisiones en el campo que dejan sus marcas en los estilos, modos de producción y espacios de circulación de las obras. Nos interesa describir, a partir del análisis de sus producciones, las tensiones entre los artistas consagrados de la década del ochenta y un tipo de actor cultural disidente cuyo origen se encuentra en una zona periférica y subterránea que se desarrolla durante el período de la dictadura militar en el campo cultural de Buenos Aires.