De tal forma, se analizarán las características, competencias, contexto y problemas de la organización policial para luego a partir de ello poder desarrollar el sistema M&E; se discutirán distintos criterios que deben regir dicho sistema en general y a los indicadores en particular; se relevaran las distintas fuentes de información viendo su alcance y limitaciones, y respecto a los sistemas de información policiales se sostendrá la necesidad de una adecuada supervisión “democrática” para evitar situaciones de riesgo moral y de asimetría de la información.
Asimismo, se propondrá un marco lógico de la producción policial como esquema simplificado de visualización de los indicadores[1]. Los indicadores específicos de actividades, producto y efectos directos serán organizados en diferentes dimensiones, primero de acuerdo al tipo de tarea policial (preventiva, reactiva o preactiva), segundo respecto a la interacción de la policía con otras instituciones o con la comunidad (incluyendo especialmente indicadores dirigidos a evaluar aspectos de relativamente nuevos paradigmas policiales como las Orientadas a Problemas, o Comunitarias). Por otro lado, se incluyó una importante dimensión ad hoc que es el de “Incidentes y Graves Violaciones a los Principios de Actuación” con el fin de que se priorice la visualización de los problemas serios del funcionamiento policial. Los indicadores de eventual impacto se presentan en forma separada a raíz de su menor relación causal, y que para su adecuada comprensión exigen modelos de evaluación más complejos.
[1] Inspirado en Ostrom, E. et al. 1979. “Evaluating Police Organization” en Public Productivity Review, Vol. 3, No. 3.