El 1980 y 1990, respectivamente, marcó una transformación de la conducta política y económica en América Latina y particularmente en Brasil. Estos cambios económicos en Brasil fueron impulsados por acciones que en décadas anteriores hacían parte de las ideas del milagro económico y del intento de modernizar la economía brasileña. En este contexto las ideas liberales ya existentes en los países desarrollados son el conductor, posteriormente en 1990 lo dicho neoliberalismo adentra con más fuerza las políticas de los países en desarrollo objetivando racionalización y modernización del Estado para llevar a cabo nuevas conductas. Este nuevo marco promueve una reconfiguración de la composición de las elites de Brasil y lo que se ha defendido como prevalente en la sociedad brasileña.
Un escenario interesante para el análisis del tema es el debate sobre la regulación del sistema financiero en Brasil desde 2003 - la creación de un espacio en que tradicionalmente se oponen puntos de vista sobre el comportamiento político y económico de Brasil que se enfrentan y se configuran tanto como divergentes, como similares.
Lo que hace este escenario relevante es la observancia de una clara diferencia de opinión entre el gobierno (Lula) y oposición (Fernando Henrique Cardoso) y la legitimidad que este último mantuvo en el desarrollo del debate que se produjo poco después de la propiedad del nuevo gobierno. Ahí se enfrenta la legitimidad electoral de Lula con la legitimidad cultural, económica y política de la oposición y hay también la conformación de las elites en favor de una u otra posición.
Este escenario adquiere mayor denotación por el método de Lula para aproximarse de los mercados financieros durante su administración y las consecuencias de tal posicionamiento. En este sentido, la comprensión de la sociedad brasileña a partir de la idea de dominación financiera es interesante.