635.4 De las prácticas articulatorias entre movilización social y gobiernos: Notas sobre las experiencias de Argentina y Bolivia en el siglo XXI

Saturday, August 4, 2012: 10:00 AM
Faculty of Economics, TBA
Oral Presentation
Maria Virginia QUIROGA , CONICET-UNRC, Río Cuarto, Argentina
Sebastián BARROS , CONICET-UNPA-UNPSJB, Comodoro Rivadavia, Argentina
El objetivo de esta ponencia es examinar los procesos a los que se exponen los gobiernos y los movimientos sociales latinoamericanos en su articulación política mutua. La noción de articulación remite a la existencia de una relación entre las identidades a partir de la cual ambas resultan modificadas (Laclau y Mouffe 1985). En consonancia con esto, pensamos la articulación entre Estado y organizaciones sociales, identificando agencias o iniciativas de acción que ponen en juego una determinada subjetividad y trazan un mapa de fuerzas estructurando un espacio en el que adquieren consistencia los sujetos.

Dicha articulación es uno de los grandes desafíos a los que se ven expuestos tanto los gobiernos como los movimientos y las organizaciones sociales. Para los primeros está en juego el apoyo popular, la legitimidad de sus actos y el alcance de sus propuestas de inclusión. Para las experiencias de movilización social se trata del dilema de cómo preservar la autonomía cuando los gobiernos parecen avanzar cada vez más sobre ellos.

En este trabajo pretendemos analizar cómo se presenta la mencionada articulación en las realidades nacionales de Argentina y Bolivia, tomadas como una muestra del heterogéneo abanico de países y clivajes presentes en América Latina. En Bolivia, el Instrumento Político que llevó a Evo Morales al poder, surgió como iniciativa de las organizaciones campesino-indígenas. En este contexto, los movimientos más radicales presionaron al gobierno para que no cediera ante los reclamos opositores y muchas veces se enfrentaron entre ellos por pujas corporativas. En Argentina, numerosas organizaciones sociales se acercaron a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, manifestando sentirse integrados en su proyecto inclusivo. También hubo agrupaciones que se distanciaron, criticando la concentración de poder en el Ejecutivo, el estrechamiento de lazos entre los Kirchner y el Partido Justicialista y la extensión de viejas redes clientelares.