El Discurso Del Emprendimiento Como Máscara Del Trabajo Informal

En los últimos años, el mercado de trabajo español se ha visto especialmente vulnerable ante la crisis económica, dadas sus particularidades (gran peso de sectores productivos muy elásticos como la construcción o el turismo, escasa capacidad de innovación, estructura empresarial obsoleta). El excedente de mano de obra derivado de esta situación no sólo no ha sabido reencontrar un lugar en la estructura productiva, sino que ha puesto en jaque la estructura del estado del bienestar, con lo que se han tomado diferentes medidas para paliar esta situación, tanto a nivel oficial como desde el punto de vista práctico. Los discursos en torno al emprendimiento han sido uno de los recursos utilizados por las instituciones para sacar a estos trabajadores en activo de las filas del paro, pero en la práctica estos "emprendedores" no son más que trabajadores autónomos, en una gran mayoría con problemas de impago de los clientes, falta de capacidad de asumir riesgos (por su historial de precariedad previo), poco conocimiento sobre sus protecciones legales y un mercado que tampoco está preparado para contratar sus servicios. 

Además, la estructura que se dispone desde la Administración Pública sigue sin tener en cuenta las necesidades de estos trabajadores, fijando unos requisitos (impositivos, legales, etc.) que hacen muy difícil la supervivencia dentro de los límites legales, con lo que para evitar la pobreza empieza a ser necesaria la facturación "en B". De esta forma, los trabajadores que han ido perdiendo sus empleos se están incorporando en la economía sumergida, con el consiguiente aumento de esta y sin construir un tejido empresarial, productivo o social sostenible a medio-largo plazo.