Los trabajos de N. Perlongher presentan figuras del devenir y del éxtasis pobladas por climas afectivos, la marginalidad perseguida, lo abyecto, la metamorfosis y la violencia que, por otra parte, desafían los modos de expresión. Las constituciones subjetivas limítrofes y sus modalidades expresivas generan una lengua de los márgenes: excesiva, heterogénea y en movimiento de fuga nómade. La obra de Perlongher busca intensificar el ensamble de modificaciones corporales, haciendo que la escritura misma se corporice.
El escenario de la sociabilidad marginal expresada y estudiada en sus trabajos es la ciudad contemporánea. Allí tiene lugar la producción de una cartografía de experiencias, de una sensibilidad perturbadora más que de un "yo". A la luz del planteo de una micropolítica, Perlongher esboza que el deseo se dice como producción y montaje estratégico entre los cuerpos. Por lo tanto, sus trabajos ensayísticos y poéticos pueden ser abordados como actos creadores de resistencia a la reproducción de la ley social y del orden establecido.