Friday, August 3, 2012: 9:00 AM
Faculty of Economics, TBA
El desarrollo de herramientas de comunicación que permiten la comunicación directa entre ciudadanos y gobernantes ha propiciado una creciente implantación de servicios que buscan que cada individuo pueda comunicarse directamente con los que gobiernan. Es frecuente que los ciudadanos dispongan de un correo electrónico a través del cual hacer demandas a los responsables públicos o que los gobernantes faciliten un espacio en la web o en las redes sociales donde poder interactuar con los ciudadanos directamente. Las ventajas de estas herramientas son ampliamente comentadas por los responsables políticos cada vez que se inaugura uno de estos servicios.
Sin embargo, estas herramientas –incuestionablemente necesarias- pueden generar uan desmovilización de las agrupaciones que canalizan, las quejas y generan grupos de ciudadanos que agrupados tienen más fuerza. Esta comunicación plantea el riesgo que que el desarrollo de la comunicación directa ciudadano-gobernante pueda generar una caída de los movimientos asociativos y, lejos de favorecer el empoderamiento de los grupos sociales, haga a los ciudadanos más vulnerables por dejarlos solos ante el poder. Estaríamos –en terminología de Robert Putnan- ante un nuevo déficit de cápital social.