Este trabajo se propone compartir una reflexión acerca de las opciones de configuración de identidades colectivas y ejercicio de ciudadanía que se pueden abrir a partir de la creación y apertura de nuevos espacios institucionales. En la mirada analítica de una experiencia de la ciudad de Córdoba, Argentina, desde los barrios al centro, se propone un abordaje del mundo de la vida de algunos jóvenes que pueblan nuestras ciudades. A partir de la posibilidad de entablar diálogos con el contexto histórico, territorial y simbólico que habitan, diálogos significativos con aquellos jóvenes reales y no con el imaginario de una sociedad que se vuelve antropófaga. A partir de la mirada atenta de las identidades y sus relaciones nos proponemos pensar en los jóvenes como actores y agentes de la realidad que construyen, en la que viven y vivimos todos. Esta experiencia se realizó en la ciudad de Córdoba a partir del año 2008, y con un crecimiento sostenido desde su apertura hasta hoy. Le dieron el nombre de Lelikelen que en lengua Mapuche quiere decir “abrir los ojos para ver” y es un espacio institucional, nuevo y colectivo en el que se permitió un vínculo de ida y vuelta entre este “centro” y los territorios que habitan los jóvenes en su cotidiano, esas esquinas de cada barrio de la “periferia” de una ciudad cada vez más poblada. En este uso, ocupación y relación entre territorios, los jóvenes hacen efectivo un ejercicio de ciudadanía que es a la vez político, social, cultural y estético, y en estas praxis que son a la vez generacionales e intergeneracionales se pueden observar modalidades de participación política que trascienden formatos tradicionales y son parte de esta realidad multifacética en la que viven los jóvenes urbanos hoy.