La historia de la educación alimentaria escolar, entendida como institucionalización y difusión de conocimientos y preceptos sobre producción, elaboración e ingesta de alimentos, da cuenta de la confluencia de concepciones e indicaciones de distinto orden, origen y localización.
Del análisis de dos revistas pedagógicas oficiales y de alrededor de cincuenta textos escolares es posible señalar que, a través de explicaciones científicas, recomendaciones sanitarias, relatos morales e imágenes de distinto tipo, el discurso pedagógico se orientó enseñar a los niños y las niñas que asistían a la escuela primaria qué, cuánto y cómo comer.
Simultáneamente junto con el intento de elaboración de un cierto régimen de ingesta - teóricamente adecuado a las necesidades de una sociedad moderna y civilizada - los saberes y prácticas referidos a la producción de alimentos y a la elaboración de comidas saludables tendieron a promover identidades diferenciadas ya fuera a través de distribuciones de roles familiares y sociales en clave de género como de inserciones ocupacionales con destinatarios de clase social definidos.