En términos de gestión urbana, la privatización produjo la aparición de nuevos agentes, la transformación del rol estatal y, sobre todo, la subsunción de la expansión de las redes a criterios de eficiencia y rentabilidad económica. Las consecuencias más visibles fueron el abandono de las metas de universalidad, la acentuación del proceso de concentración económica y exclusión social, el deterioro de la calidad de vida de amplios sectores y la mercantilización de las relaciones entre empresa, Estado y sociedad. Este modelo llegó a su fin con la crisis macroeconómica y la devaluación del dólar a principios del siglo XXI. En el año 2006, el gobierno nacional retomó la prestación del servicio mediante la anulación del contrato de concesión y la creación de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos S.A.
Esta situación invita a reflexionar sobre los cambios y continuidades en las formas de producción urbana. En otras palabras, ¿qué implicancias tiene la recuperación estatal de la provisión de agua potable y desagües cloacales? ¿Aparecen nuevos criterios de gestión? ¿Es reemplazada la lógica mercantil por principios de justicia social? ¿Surgen nuevas estrategias para asegurar la cobertura de los sectores más vulnerables? A través del análisis de datos secundarios y de entrevistas en profundidad a funcionarios públicos, técnicos, investigadores y miembros de organizaciones sociales, el presente trabajo busca responder dichos interrogantes y, con ello, contribuir al análisis de los mecanismos de integración/exclusión presentes en nuestra metrópolis.