Thursday, August 2, 2012: 9:15 AM
Faculty of Economics, TBA
Como en otros países de América Latina, la Argentina experimentó transformaciones importantes en sus políticas asistenciales durante la última década. La masificación de los niveles de cobertura fue una de ellas, pero no la única. También el andamiaje institucional y simbólico de los dispositivos de intervención sufrió innovaciones significativas. Sobre la base de un extenso trabajo de campo etnográfico realizado en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la ponencia reconstruye dichos cambios. Se sostiene que frente a la emergencia social y la crisis de legitimidad de la autoridad estatal en los años posteriores a la crisis de 2001-2002, dicho Ministerio reordenó sus modalidades asistenciales procurando responder a un desafío a la vez social y político: la distancia. En efecto, a partir de 2003, ganar proximidad socio-espacial con los receptores de asistencia fue un imperativo de gestión de primer orden. En función de este imperativo, se muestra cómo el Ministerio buscó transformarse en una burocracia personalizada y territorializada, en condiciones de disputar cercanía social a las instancias locales de distribución de recursos. En el primer caso, las visitas sistemáticas de funcionarios centrales a barrios y localidades vulnerables del país, el impulso a estrategias de asistencia directa a los hogares y la respuesta a demandas originadas en cartas dirigidas a las máximas autoridades fueron algunos de los mecanismos mediante los cuales se procuró personalizar los vínculos asistenciales. En el segundo caso, la construcción de un andamiaje institucional desconcentrado en el territorio y autónomo de las burocracias provinciales, de lo que denominaremos extensiones de calle, basistas e itinerantes del Ministerio, proveyó una herramienta fundamental para inscribir y visibilizar la asistencia central en la vida cotidiana de las poblaciones destinatarias.