Casi el 30% de la superficie de Argentina corresponde a zonas de peligrosidad sísmica, especialmente las regiones centro-oeste y noroeste. En particular, la provincia de San Juan se encuentra en la zona de mayor peligrosidad sísmica del país, de ahí la importancia de la consideración de este fuerte condicionante ambiental.
El IRPHa estudia, desde hace más de 20 años, la problemática del riesgo sísmico urbano y su gestión, así como su interacción con otros riesgos ambientales. Se entiende por Gestión del Riesgo al conjunto de acciones dirigidas a desarrollar una estrategia de prevención, para facilitar la construcción del hábitat en el marco de una valoración integral del territorio, que abarque la totalidad de los fenómenos físicos, ambientales y sociales e incorpore esta problemática en las proyecciones del desarrollo sostenible.
Pasar de una gestión defensiva de los riesgos (que sólo apunta a mitigar pérdidas y daños) a una estrategia de reducción de los mismos, implica considerar su gestión como un tema central del desarrollo integral, incorporando las estrategias de mitigación a otras políticas sociales territoriales.
Durante el desarrollo del Plan, se trabajó en contacto directo con la población involucrada y las autoridades municipales. La participación de los distintos referentes sociales fue uno de los ejes fundamentales, a efectos de adecuar las políticas, programas y proyectos a las percepciones, imaginarios, prioridades y necesidades de la población.