Esta ponencia propone una comparación de los regímenes de bienestar en Corea del Sur y México (en diálogo con los análisis de Esping-Andersen, Gough y académicos latinoamericanos y asiáticos).
En una primera dimensión (instituciones), se destacará que México inició la construcción de instituciones de seguridad social más tempranamente que Corea del Sur; aunque este país ha avanzado en la generación de instituciones con carácter universal, mientras México ha estancado el desarrollo de sus instituciones de seguridad social. Ambos países han sido dinámicos recientemente en el incremento de los gastos sociales, aún más en el caso coreano; aunque la dirección de los gastos sociales ha sido diversa de acuerdo a los desarrollos institucionales contrastantes. México cuenta con un sistema incompleto, segmentado y estratificado de seguridad social (formado a partir de los años 40 del Siglo XX), y un nuevo sistema de protección social para los pobres (formado especialmente a partir de los años 90 del Siglo XX). Corea del Sur, que inició más tardíamente con enfoques también de segmentación (a partir del empleo formal), ha desarrollado ulteriormente sus instituciones de bienestar (a partir del proceso de democratización, 1987) en una perspectiva de universalización (salud, pensiones y protección ante el desempleo) y con fuerte presencia del sector privado en la provisión de servicios de salud.
En una segunda dimensión (actores sociales), se destacará que en México no se ha consolidado una coalición en pro de una ciudadanía social, sino más bien una coalición conservadora favorable a mercantilizar las instituciones sociales y a administrar cuidadosamente los limitados beneficios para la población pobre; y que en Corea se ha ido consolidando una coalición pro-bienestar con enfoque universalista (ciudadanía) en oposición a la antigua coalición pro-crecimiento (aún fuerte) que identifica a la política social con prioridad menor frente a la inversión en el crecimiento económico.