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1. La secular paradoja Riqueza-Pobreza, ha disminuido pero no desaparecido. El proyecto genográfico[1] demostró que nuestros antepasados salieron desde África hace unas 2.000 generaciones, 60.000 años, cuando el 100% de la Especie Humana vivía en condiciones de “extrema pobreza”.
2. Hoy, aún alrededor de un 50% de la Humanidad sufre de algún grado de pobreza[2] que es considerado como inaceptablemente injusto. Las luchas por los derechos sociales, ampliaron el pleno disfrute para todos de los beneficios de un Mundo cada vez más rico y, esas las luchas por la justicia, se reafirman como luchas por la democracia.
3. La presencia de esta “paradoja madre”, es juzgada desde una cada vez mayor estatura ética, humana, lo que conlleva la exigencia de respuestas con velocidades acordes a esa misma mayor sensibilidad social contemporánea. El caso de Muhammad Yunus[3] y su compromiso estratégico para poner fin a la pobreza, es paradigmático.
4. En este contexto, la dinámica social latinoamericana, de excepcional diversidad, cuyo factor común es una inquebrantable voluntad de cambios profundos por la justicia y la democracia, han impulsado procesos de “modernización” social, política, estatal e incluso empresarial.
5. Pedro el Grande, fundador de la Nación Rusa, expresaba: “los llevaré al progreso aunque sea a rastras”. El General Pinochet y sus seguidores fueron condenados en vida por sus crímenes. Vivimos una era de participación social. A mayor desarrollo humano, menor violencia social y, mayor justicia y democracia.
[1] Atlas de la Travesía Humana, https://genographic.nationalgeographic.com/genographic/atlas.html
[2] Banco Mundial 2011, Informe sobre seguimiento mundial 2011: Mejorar las posibilidades de alcanzar los ODM. http://siteresources.worldbank.org/INTGLOMONREP2011/Resources/7856131-1302708588094/GMR2011-CompleteReport.pdf
[3] M. Yunus, Premio Nobel de la Paz 2006, creador del Banco Grameen, http://www.muhammadyunus.org/