Tras el análisis preocupada de la Escola de Frankfurt con el rumbo tomado por una emergente sociedad de consumo y de la cultura de masas, seguida por la flexibilidad extrema de la posmodernidad, fascinada por nuevos estilos de vida surgidos con estos cambios, comienzan ahora a ser delineadas nuevas vías de comprensión social. La sociología de las emociones es una de ellas, donde los estudios han tratado de incorporar las contradicciones de la modernidad, desplegadas por el capitalismo y el individualismo, analizando el complejo entramado que se produjo entre la intimidad y los grandes sistemas sociales.
En lo nivel afectivo, estas contradicciones están muí agudizadas en el grupo de personas que viven solas. La reinvención de las relaciones amorosas, agrandadas tanto por las estructuras sociales, la influencia de la tecnología y la hegemonía capitalista cuanto por la explosión de la identidad, encontró entre aquellos que no tienen pareja estable, sea por opción, sea por circunstancia, su elemento más emblemático. No se puede negar lo efímero, la liberación de las prácticas sexuales disidentes, el individualismo, el empoderamiento de las mujeres, la constante negociación, la relación menos jerárquica y la racionalidad creciente que caracterizan a estas nuevas relaciones de amor. ¿Y el sentimiento de amor, aunque aparentemente igual o más valorado, tendrá la misma centralidad en la vida de las personas, como ocurrió en la modernidad clásica?
Mi objetivo es discutir las posibilidades del sentimiento amoroso en la sociedad contemporánea, a través de una investigación teórica y empírica teniendo como base a las historias de amor de las personas solteras y la análisis de este sentimiento, ofrecidas por autores como Hoschild, Illouz y Zellizer.
Palabras clave: amor, sociología de las emociones, contemporaneidad, solteros