Mortalidad Juvenil En América Latina: Factores Asociados y Desafíos Pendientes

En las últimas dos décadas América Latina presentó importantes resultados en la reducción de la pobreza, aumento de la esperanza de vida y reducción de la mortalidad infantil. Sin embargo, el incremento de la incidencia de muertes violentas, sobretodo, entre los jóvenes en este mismo período sigue siendo un desafío pendiente. Así como ocurre con la mortalidad infantil o el embarazo adolescente, las tasas de homicidio inciden diferentemente sobre los individuos de acuerdo con su posición en la estructura social. Los estudio sociodemográficos evidencian que hay una alta selectividad en la mortalidad juvenil por sexo, color/etnia y clase social. Irónicamente, las vidas ahorradas en los primeros años de vida en las áreas más vulnerables por medio de políticas específicas de saneamiento y cuidado en la niñez continúan siendo interrumpidas prematuramente en la adolescencia o juventud por causa de la violencia. En los países latino americanos, la sobremortalidad masculina alcanza considerable magnitud. En muchos de nuestros países los chicos mueren de 4 hasta 6 veces más que las chicas de misma edad. Estos datos solo pueden ser comprendidos dentro del marco de una cultura que aun sostiene fuertes rasgos machistas y una visión muy arraigada de valorización de la virilidad. Este trabajo discute las relaciones existentes entre las elevadas tasas de mortalidad violenta entre los jóvenes, especialmente los homicidios, e indicadores de condición de vida. Nuestra línea investigativa enfatiza el rol de la educación. Los avances cuantitativos alcanzados en la educación no son acompañados por elevación de los niveles de calidad. La baja calidad de la educación en América Latina que se observa por medio de los bajos rendimientos en las evaluaciones internacionales, a ejemplo del PISA, está muy correlacionada con una estructura de oportunidades restrictas que en su versión más perversa se reflete en altas tasas de mortalidad juvenil.