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Actores sociales a favor de la implementación del teletrabajo han resaltado los efectos positivos del mismo para el trabajador, la organización y la sociedad, y (en el mejor de los casos) han solo mencionado los riesgos que puede ocasionar.
No hay estudios empíricos difundidos que den cuenta de los esfuerzos diferenciales respecto del trabajo presencial que el teletrabajo requiere a quienes lo realizan y a las organizaciones que lo implementan.
Este trabajo tiene como objetivo abrir el debate sobre este tema. Se realizó un estudio cualitativo. A través de entrevistas en profundidad se relevaron experiencias de aquellos que teletrabajan o trabajan con teletrabajadores a una muestra no aleatoria. Con los resultados preliminares se conoció que: Sufren tensiones que en el trabajo presencial no aparecen, como ser:
- Dificultad para:
- establecer lazos de cooperación con los compañeros de trabajo
- separar el tiempo de trabajo del tiempo de no trabajo
- (los jefes) dejar modelos de control basados en la supervisión directa
- Tener que ocuparse en simultáneo de más responsabilidades (las laborales y las familiares)
- Trabajar más horas y con mayor intensidad
- Afrontar el prejuicio: “Quien teletrabaja no trabaja”
- Vínculo con la organización restringido al supervisor directo
- Formalización de la comunicación
- Dependencia de la tecnología informática
[1] Diaz Viviana (2009). “Coordinación de Teletrabajo en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación”, ponencia presentada en el II Foro de Teletrabajo. Buenos Aires.