La Invisibilidad o La Falsa Visibilización Del Maíz Nativo En La Cruzada Nacional Contra El Hambre

Como base  sociocultural de la alimentación de la población mexicana, es de esperarse que el maíz tenga un importante papel político en el diseño de  programas contra el hambre, pues se sabe que es  el cereal que ha mantenido una importancia central en las economías de subsistencias rurales.  Además, por la favorable relación  entre precio y valor nutricional, el maíz cobra mayor relevancia entre la población de menores ingresos. Ciertamente, en México la contribución del grano a la dieta ha disminuido en las últimas décadas por una diversificación del consumo alimentario promovido por un proceso global y voraz de  la occidentalización agroalimentaria, y aunque  el maíz (nativo) sigue siendo un recurso estratégico  para recobrar la soberanía y de las seguridades alimentaria y nutricional, las complejas  relaciones de complicidad que se han entretejido  en las tres últimas décadas entre monopolios biotecnológicos agroalimentarios, programas  sociales de combate a la pobreza y políticas de desarrollo agropecuario, han dado como resultado que en México cada vez exista más población en situación de pobreza extrema, donde el hambre aparece como un elemento político fácilmente explotable para vender la idea “moralista” de dar de comer a quienes menos tienen.  Bajo este contexto, el gobierno federal de Peña Nieto puso en marcha a inicios de 2013 un gran proyecto para alimentar a la población en situación de hambre  llamada la “Cruzada Nacional contra el Hambre” (CNH).  Aparentemente  hasta el mes de septiembre de 2013, el maíz nativo no  ha aparecido visible ni en la campaña mediática ni en las acciones derivadas de la CNH, por lo que esta ponencia tendrá el objetivo de  mostrar si se trata  de una omisión estratégica  para posicionar nuevos actores en la CNH, condenando la pérdida de la bioseguridad alimentaria y junto con ello profundizar las desigualdades sociales existentes.